Aunque la narración Baby H.P., es claramente un cuento de ficción, se puede percibir que de fondo tiene un planteamiento psicológico frente a la manera como algunos padres pueden llegar a ver o a sentirse con sus hijos. Solo el hecho de que acciones tan básicas como llorar, moverse, y hasta comer hacen que a ellos les ocasione incomodidad, pues mientras esto sucede, la historia sugiere que se puede estar produciendo algo de energía que más adelante se puede transformar de alguna forma, en una situación rentable para los papas, dato curioso este, pues si se cambia algo que es cotidiano y hasta incomodo o fastidioso por algunas personas (en este caso padres de familia), por algo rentable y beneficioso, no se debería pensar más de dos veces en adquirir este producto…. sin embargo bajo qué condiciones se ofrece este maravilloso producto y a qué tipo de público está dirigida la oferta? son algunos planteamientos que se pueden hacer con la lectura hecha. Pero más allá del planteamiento que se acaba de hacer, es inevitable dejar de lado la apreciación literaria que un cuento como este se merece y que aunque corto merece ser objeto de un análisis sencillo y objetivo. Para esto, lo primero que se debe tener en cuenta es que quién lo escribió José Arreola (1918-2001) ha sido y seguirá siendo uno de los mayores exponentes de la literatura mexicana, también reconocido a nivel internacional, precisamente por el tipo de expresión humorística y su manera de mezclar la realidad con la fantasía, algo que resalta la continuidad vanguardista, en micro-relatos o mico-cuentos como el de Baby H.P., en el cual deja ver claramente el uso adecuado, preciso y bello de las metáforas. Por otro lado, es un cuento que ubica al lector en un juego de imaginación algo complejo justamente por el contraste de la realidad con la ficción, pues tratar de imaginar a un bebé en esas condiciones de restricción es demasiado fuerte, y más aún si es un aparato que se ajusta a los variados movimientos de éste. Se debe reconocer que en algunos momentos genera algo de risa, sin embargo no deja también de producir algo de malestar, pues se pone en juego la fragilidad de un bebé con el abuso de un aparato tecnológico y además con un fin lucrativo que se da a partir de la producción de energía. Aunque admirable desde el punto de vista del lenguaje metafórico, este cuento requiere de un grado alto de concentración y de relectura para poderlo recrear, pues aunque los escenarios mencionados son del siglo XX, se puede inferir que se maneja una propuesta claramente futurista, por esta razón a los lectores adeptos de este tipo de literatura les puede quedar más fácil su interpretación, sin embargo no es el caso de aquellos que les gusta una literatura más clásica o realista.
Aunque la narración Baby H.P., es claramente un cuento de ficción, se puede percibir que de fondo tiene un planteamiento psicológico frente a la manera como algunos padres pueden llegar a ver o a sentirse con sus hijos.
ResponderEliminarSolo el hecho de que acciones tan básicas como llorar, moverse, y hasta comer hacen que a ellos les ocasione incomodidad, pues mientras esto sucede, la historia sugiere que se puede estar produciendo algo de energía que más adelante se puede transformar de alguna forma, en una situación rentable para los papas, dato curioso este, pues si se cambia algo que es cotidiano y hasta incomodo o fastidioso por algunas personas (en este caso padres de familia), por algo rentable y beneficioso, no se debería pensar más de dos veces en adquirir este producto…. sin embargo bajo qué condiciones se ofrece este maravilloso producto y a qué tipo de público está dirigida la oferta? son algunos planteamientos que se pueden hacer con la lectura hecha.
Pero más allá del planteamiento que se acaba de hacer, es inevitable dejar de lado la apreciación literaria que un cuento como este se merece y que aunque corto merece ser objeto de un análisis sencillo y objetivo.
Para esto, lo primero que se debe tener en cuenta es que quién lo escribió José Arreola (1918-2001) ha sido y seguirá siendo uno de los mayores exponentes de la literatura mexicana, también reconocido a nivel internacional, precisamente por el tipo de expresión humorística y su manera de mezclar la realidad con la fantasía, algo que resalta la continuidad vanguardista, en micro-relatos o mico-cuentos como el de Baby H.P., en el cual deja ver claramente el uso adecuado, preciso y bello de las metáforas.
Por otro lado, es un cuento que ubica al lector en un juego de imaginación algo complejo justamente por el contraste de la realidad con la ficción, pues tratar de imaginar a un bebé en esas condiciones de restricción es demasiado fuerte, y más aún si es un aparato que se ajusta a los variados movimientos de éste. Se debe reconocer que en algunos momentos genera algo de risa, sin embargo no deja también de producir algo de malestar, pues se pone en juego la fragilidad de un bebé con el abuso de un aparato tecnológico y además con un fin lucrativo que se da a partir de la producción de energía.
Aunque admirable desde el punto de vista del lenguaje metafórico, este cuento requiere de un grado alto de concentración y de relectura para poderlo recrear, pues aunque los escenarios mencionados son del siglo XX, se puede inferir que se maneja una propuesta claramente futurista, por esta razón a los lectores adeptos de este tipo de literatura les puede quedar más fácil su interpretación, sin embargo no es el caso de aquellos que les gusta una literatura más clásica o realista.
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